Perderme en la oscuridad de tu noche
intensa, fluctuante, pero tuya
y también mía…
Que el beso de la luna palpite enloquecido
en tu vientre y en mi fuego
y que insista… descarada y muda…
Estar presente en tu pupila,
en tu latido,
esta noche plena, única,
espejada en tu mirada,
abrazada a tu piel y a tus cosquillas…
Que me emborraches el alma
complotados en silencio
en el secreto de tu espacio,
extirpando el magma lujurioso
que obnubile los sentidos
y me pierda en tus caricias.
Desmayarme y morir acurrucada
en el hueco de tu pecho, inadvertido,
desplazando la memoria...
y creando música en tus besos
con la miel de nuestros cuerpos
derramada, derretida…
Y cuando renazca el deseo
y tu boca y la mía sean una
gritar al viento
la estela de tu nombre
diluida en la piel de nuestros versos…
solo mío, solo tuya…
(Publicado en "Transeúntes del destino", de Creadores Argentinos, 2011)
1 comentario:
Intenso como el mismo deseo que atiza las palabras.
Besos ;)
Publicar un comentario